viernes, 20 de marzo de 2009

Running away Hamish

De todas las aventuras vividas en Australia, quizá una de las más grandes que podré contar a mis nietos es como su abuela estuvo al borde de la muerte con un ciclón amenazándola…

Llegando a Airlie Beach de nuevo tras el paraíso, nos enteramos que nuestro mate Hamish estaba de paso a partir del día siguiente. Y como nuestro mate era un ciclón, pues no es que nos hiciera mucha gracia pero tampoco le dimos mucha importancia (pensábamos más que sería un fastidio si se inundarán las carreteras y no pudiéramos pasar).

Esto hasta la noche, cuando durmiendo y sin ser todavía el ciclón, el van se movía tanto por el viento que de verdad creí en un par de ocasiones que iba a volcar. Así que a la mañana siguiente, mientras desayunábamos y yo leía el periódico nada alentador, hicimos unas cuentas rápidas: el ciclón llega donde estamos dentro de cinco horas moviéndose a 19km/h, si nos vamos de inmediato a una velocidad media de 90km/h deberíamos tener tiempo de escapar (digo 90km/h porque es la velocidad de Little Ripper).

Y sin pensarlo mucho más, recogimos el tenderete y empezamos a conducir el que fue el día con más kilómetros de tres meses viajando ¡800km! ¡Todo el día en el van!

Es verdad que nuestra teoría fue un poco arriesgada porque con todo lo que ya había llovido la carretera podía estar inundada o nuestros cálculos no ser tan ciertos al no ser expertas en ciclones, pero funcionó y conseguimos de esta forma ganar la batalla contra Hamish… aunque no contra su resaca en los siguientes días donde estuvo lloviendo mucho, mucho, mucho…

No hay comentarios: