viernes, 20 de marzo de 2009

To say goodbye is quite hard

Quieras o no, todo en esta vida pasa. Te alegras cuando es una mala época y te entristeces cuando lo que termina, es la que ha sido la mejor experiencia de tu vida. Tras tres meses recorriendo Australia con Simone, el viaje llega a su fin y es duro, muy duro, aún cuando le siguen otras muchas grandes aventuras.

El viaje finaliza con una semana en Sydney, una ciudad de la que ya he hablado pero que cuanto más conoces más te enamora. En un principio, iba a quedarme el van después de este viaje pero al final cambié de opinión. Primero, porque teniendo que pagarle su parte a Simone, ya era mucho dinero y segundo, porque me voy un mes a Nueva Zelanda y no tendría un sitio donde dejarlo. Así que nuestros dos últimos días antes de llegar a Sydney los dedicamos a maquillar a Little Ripper: que si limpias el interior, que si pintas un poco las partes oxidadas (no era del todo waterproof), que si le sacas brillo exteriormente etc. Y luego llegamos a Sydney pones anuncios de venta en algunos sitios y dos días después, llegan tres suecos, ven a Little Ripper, lo prueban, no se dan cuenta que tiene el carburador roto (porque se puede conducir con él roto) y firman todos los papeles, te dan el dinero y se acabó. You aren´t owner in Australia anymore! Fue una dura despedida después de todos los buenos momentos vividos en él.

Pero si tener que despedir a Little Ripper fue duro, más aún lo va a ser decir adiós a la que ha sido tu siamés durante los últimos 90 días, durante las últimas 2160 horas, y todo el tiempo pasado en Perth. Aún recuerdo mi primer día de clase en ACE que fue cuando la conocí, nuestra primera caminata de 4 horas por la playa en uno de mis primeros días en Australia, el primer viaje que hicimos a Albany y Margaret River… y sobre todo cada minuto de este gran viaje. Porque está claro que ha sido una maravilla por los paisajes, por las aventuras vividas, pero si lo puedo considerar ahora la mejor experiencia de mi vida, es también por Simone, porque sin las personas, nada es lo mismo, y por suerte, encontré en ella no solo una buena compañera de viaje, sino una gran amiga.

Por suerte, para no tener que pensar mucho, el mismo día que se va me voy a New Zealand, con otra suiza que conozco de Perth y otras dos, suizas también, amigas de la primera…

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