viernes, 20 de marzo de 2009

Diving with Nemo

Con la llegada a Cairns, alcanzamos el que iba a ser destino final de nuestro viaje, pero al final volvemos a bajar hasta Sydney desde donde Simone volverá a Suiza y yo me iré a New Zealand.

Cairns es la ciudad tropical por excelencia en Australia. Situada en el extremo norte de Queensland y en plena wet season, hemos tenido mucha, mucha suerte y en una semana aquí, no nos ha llovido nunca durante el día. Se trata de una ciudad muy agradable, muy vacacional, con su Esplanade y sobre todo su Lagoon. Y es que al no poder bañarte en el mar (y es que a las ya conocidas avispas de mar, hay que añadir los crocodilos de agua salada, mucho más peligrosos y grandes que los de agua dulce…), tener una piscina de agua salada en plena ciudad es un paraíso donde tostarte al sol durante el día, terminándolo en el mismo lugar con una buena barbacoa.

Pero Cairns es mucho más que su lagoon y su esplanade, es la puerta de entrada de dos maravillas: la rainforest y la Great Barrier Reef.

Alcanzamos al norte de Cairns Cape Tribulation, haya donde “the rainforest meets the reef”, y es simplemente espectacular. Con todo los árboles, palmeros, llegando a la arena, plagada de cocos caídos… Lo único malo es el no poder bañarte… Las diferentes tonalidades de verde, cada cual más claro y profundo hacen del Daintree National Park un lugar único en el mundo. El Daintree River, que tienes que cruzar en un ferry para alcanzar Cape Tribulation, es un nido de crocodilos de todos los tamaños y colores. Por supuesto, nuestras ganas de ver uno eran tan grandes que nos llevó a embarcarnos en un pequeño cruise por el río y tras un buen café y galletitas, vimos un crocodilo de unos 3-4 metros en su habitat natural (osea, ¡no en un zoo!).

Pero sin duda, la excursión a la Great Barrier Reef fue la gran excursión. Tras empezar el día con un chute de biodramina para el barco, llegamos a nuestro primer punto del reef. Y ahí, que mejor manera de verlo que con una clase introductoria de buceo! Y así, respirando a través de una botella de oxígeno, ¡estuve a escasos centímetros de Nemos y del coral! Para el segundo sitio donde paramos, teníamos snorkelling. El lugar era una maravilla, y la verdad es que pudimos ver todo mucho mejor que en el primer punto: más Nemos, Doris también, peces que no tienen nombre comercial (y por supuesto su nombre científico es desconocido para mí), un coral precioso. ¡Amazing fueron los cinco primeros minutos de snorkelling cuando vimos una tortuga marina! Me gustaría poder deciros de que edad pero por mucho que le preguntará, no me contestó (resulta que Disney nos tiene engañados y los peces no hablan) y cuando aún no nos habíamos recuperado de la tortuga, ¡¡va y aparece un tiburón!! Y ahí, pues fue una mezcla de emoción y acojone claro. Por mucho que te digan que son tiburones que no hacen nada, es un tiburón que tienes a escasos metros y tú estás en el agua. Si queréis haceros una idea de cómo es el coral, “Buscando a Nemo” lo retrata de forma excelente (excepto, como ya se ha comentado, que los peces no hablan).

Como punto, iba a haber hecho también skydive con aterrizaje en la playa de Mission Beach pero resulta que no puedo por peligro de perforación de tímpano (otra cosa rara que tiene mi cuerpo…) Esto lo descubrí haciendo scuba-diving, que tampoco puedo volver a hacer… y bueno, por mucho que fuera muy especial hacerlo con la sordera no se juega. Al menos, sé de una que estará muy contenta leyendo estas líneas… ¿eh Maman?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Eh oui ma fille tu me fais la plus heureuse des mères en restant bien sagement au sol, car des émotions ce n'est pas ce qui manque avec toi. A bientôt, car le compte á rebour commence jajajajaja!!!!!!
Bisous je t'aime

Anónimo dijo...

mi sueño es bañarme en whitehaven beach ....pero espero k no haya avispas de mar ni cocodrilos tambien alli...
por cierto gran aventura y gran envidia