miércoles, 14 de enero de 2009

Aussie Party!

En Adelaide, he vivido por primera vez desde que estoy en Australia una juerga realmente aussie. Y es que en Perth, al ir casi siempre a fiestas de backpackers, hace que no haya mucho lugareño…

Como recomendación de una chica que nos hizo una foto, fuimos a HQ, una discoteca de moda en el que los miércoles por la noche es la noche flashdance, con old music (old para ellos va de los 70’s a los 90’s).

Nada más llegar a la puerta, nos dimos cuenta que si que sale gente en Adelaide, por la enorme cola que había para entrar. Y a partir de ahí, a deleitarnos con los australianos y sus “costumbres”. Para entrar, cual high school americana o aeropuerto de cualquier parte del mundo, tiene que pasar por un detector de metal para entrar en la discoteca. Para asegurar la seguridad, tampoco te dejan entrar con chicles (la verdad es que seguimos sin saber el porqué de esto, pero es totalmente verídico que Simone tuvo que tirar sus chicles para poder entrar).

Y una vez dentro, el desmadre! La disco la verdad es que era espectacular, tipo anfiteatro. Y montones de lugareños, cada cual más colgado y borracho (lo que pueden beber los aussies). Y para amenizar la velada, concurso de limbo encima del escenario y, aún más sorprendente, concurso de chicas en bikini. Ambos concursos siendo todas las semanas y con el sorprendente premio de… nothing!

Tras el concurso, Simone y yo seguimos deleitándonos observando los comportamientos de los australianos. Que por cierto, tras cambiar de ciudad, puedo seguir afirmando siguen siendo más mito que otra cosa en lo que a belleza se refiere… Pero sin lugar a dudas, el colmo de la noche vino cuando descubrimos que, en el interior de la disco, está prohibido ¡besar! En efecto, si se te ocurre liarte más de 10 segundos con otra persona, una amable guardia viene a darte un toque, y como se te ocurra seguir, pues a la calle…

Adelaide

Y por fin, tras kilómetros y kilómetros de outback, de lugares que llaman ciudades, de pueblos perdidos en el bush, llegamos a una gran ciudad: la ciudad más cercana de más de un millón de habitantes más cercana a Perth, Adelaide.

Por gentileza del ayuntamiento, pudimos tener durante un día bicis gratuitas. Y resulta muy agradable y sobre todo mucho menos cansado visitar toda la ciudad pedaleando que andando. En muchas cosas la ciudad es muy parecida a Perth, como sus estatuas repartidas por sus calles, el Torrens River en vez del Swan River, sus calles comerciales peatonales en pleno centro, sus amplias zonas verdes, sus cuadriculadas calles… luego, en otras muchas cosas, muy diferente: pudimos al fin ver edificios más antiguos (y no sólo modernos como en Perth), muchas iglesias (que aunque parezca mentira visité una -aunque fuera por acompañar a Simone que quería visitarla-)…

Cual película de Tim Burton se tratará, nos fuimos de visita a la Haigh’s Factory: una fábrica de chocolate. Y también gratis! (que de cosas gratuitas ofrece esta ciudad). Y aunque no pudimos encontrar el río de chocolate que tanto esperábamos y que la guía no se acercaba ni de lejos a Johnny Depp, pudimos saborear y oler tan exquisito manjar…

Al llegar a Adelaide, Simone y yo ya estábamos desesperadas por salir una noche de juerga al no haber podido salir de juerga durante todo el tiempo anterior. Y la primera noche que salimos nos encontramos que no había nada donde salir. Vale que era lunes, pero en periodo vacacional, poco debería importar. Al final encontramos una disco bastante buena en el que tomar algo, aunque fuera compartiéndola con 10 personas más como mucho… Nos extrañamos mucho que siendo una ciudad tan animada por el día, y tras todas las fiestas backpackers vividas en Perth, no hubiera gran cosa para salir. Por suerte, finalmente para la noche del miércoles encontramos el sitio para salir, el HQ, pero esto se merece un post especial…

The Three Kings' Day

Día de Reyes en Australia. Por supuesto, aquí es un día como cualquier otro del año. Y para nosotros, iba a ser un día de visita a Glenerg, ciudad costera al lado de Adelaide muy animada. Pensé que sería un día más, pero aún a más de 17.000km, los Reyes Magos se acordaron de mí.

Estando en la playa jugando a las palas (o algo que pueden
llamarse palas, porque después de 3 meses buscando, aquí no se puede aspirar a más que cricket), cuando vi a lo lejos una carpa de Coca-Cola. Por supuesto, en el minuto siguiente, dejé la pala y me acerqué a ver que era. Y cual fue mi sorpresa cuando descubrí que había clases gratuitas de surf. ¡Surf y Coca-Cola juntos! Era simplemente como si estuviera viviendo un sueño: en Australia, en una tabla de surf de mi marca tan adorada…

Durante la clase, nos dieron una camiseta de Coca-Cola para las fotos, que teníamos que devolver al final (serán cutres estos aussies organizando eventos deportivos… a ver si aprenden un poco…). Pero resulta que nos perdimos por el camino y la camiseta nunca llego a su destino sino a nuestras maletas… (todo lo que me he quejado en mis eventos de cuando robaban balones y miradme a mí ahora…)

Resultado, otra cosa más para mi colección de Coca-Cola que va aumentando poco a poco, y una foto inolvidable para el recuerdo! ¡Cheers Three Kings!

Flinders Ranges


Km done: 200
Nº of days: 2

Después de tantas playas, tantos acantilados, tantas cosas relacionadas con el mar, al ser Australia tan grande por supuesto también debe tener sus cordilleras. Bueno, la verdad es que muchas no tiene, es uno de los países más planos (y mira que es grande), pero, nos dirigimos a Flinders Ranges.

Hay muchas partes conocidas aquí en relación a cuevas donde puedes encontrar pinturas aborígenes, cañones etc. Pero sin duda lo más famoso es Wilpena Pound, una cuenca en medio de la cordillera (no os vayáis a imaginar los Alpes cuando hablo de cordillera en este caso eh!).

Resulta que desde la base, es decir oficina de turismo, salen muchas pistas para el bushwalking tan adorado por los australianos. El bush es básicamente cualquier lugar apartado de las ciudades, así que el buskwalking, pues eso, senderismo. Pero como todo, me suena mejor en inglés… Resulta que fuimos con la intención de estar por ahí un día, así que escogimos un camino de unas 3 horas en el que llegabas a una cima desde la que se suponía podías ver Wilpena Pound. Después de dos horas andando en llano, nos dimos cuenta que nos equivocamos de camino. Habíamos empezado el Heysen Trail, una caminata de tan sólo 1.200km! Así que nada, media vuelta, a hacer noche en los Flinders Ranges y a volver a empezar a la mañana siguiente...

Al final, conseguimos hacer todo el camino, muy empinado desde el principio y en el que casi se me salen los pulmones y los gemelos para poder darnos cuenta por nosotros mismos que nos encontrábamos en uno de esos sitios muy famosos pero que tampoco es tan espectacular desde tierra (si desde el aire). Pero al menos de un lado las rocas eran bonitas…

Eyre Peninsula


Km done: 1.117
Nº of days: 4

Tras cruzarnos Australia, llegamos a la Eyre Peninsula en busca de algo de civilización, y en busca del que llaman el Barrosa Valley del marisco. Supongo que ahora mismo, excepto que haya algún etnólogo profesional, os estaréis preguntando ¿el qué? Como ya sabéis después del capítulo Wineries Tour en Perth, el vino australiano tiene, desde hace unos cuantos años ya, una buena reputación internacional. Pues resulta que Barrosa Valley, cerca de Adelaide, es la mejor región vinícola de Australia. Así que ahora, para la metáfora, releer un poquito…

Bueno, pues en la Eyre Peninsula, se pueden diferenciar dos grandes partes, la oeste y la este. En la oeste, la costa baña en el Océano Antártico y todo el litoral está plagado de acantilados muy perfilados como Salmon Point, playas preciosas como Staircase to Heaven y muchas, muchas olas sólo aptas para profesionales del surf. Las corrientes por esta zona forman unos paisajes espectaculares, como en Point Labatt, donde en un principio fuimos para ver leones marinos pero resultó mucho más interesante el oleaje. También visitamos Talia Caves, por recomendación de un lugareño con el que hablamos cuando fuimos a ver unos inselbergs (es decir, más rocas… ¡menos mal que también pillaban de paso!). Por contra, en la costa este, no hay prácticamente nada, y no digo nada por Tumby Bay que le da un poco de color…

Y como supuesto paraíso del marisco, y a pesar de que a Simone no le guste ningún tipo de pescado, teníamos que degustar tan suculento manjar. Nos dirigimos primero a Coffin Bay, que aunque el nombre no suene muy divertido en inglés (coffin es ataúd), las ostras son muy famosas. Como no conseguimos encontrar ningún sitio realmente abierto, decidimos ir a cenar a un restaurante en Port Lincoln. Y nada, como también estábamos en una región donde hay muchos tiburones blancos, pues decidí comerme uno. Y así es como una noche de diciembre, comí tiburón como si de merluza se tratará…

New Year Eve: ¡a la española!

Y otro año que ya ha terminado… supongo que cuando les cuente batallitas a mis nietos, les contaré que aquel lejano 2008 fue el año en el que decidí irme a recorrer Australia…

Pero como para eso queda muchos, muchos, muchos años, pues que mejor manera de despedir otro año con otra comida especial y, por supuesto, con las spanish traditions! Para fin de año, decidimos pasarlo en Port Lincoln a pesar de que nos habían dicho que era “Dry zone area”. Luego nos dimos cuenta que lo único que tienen de dry es la calle (al igual que WA por otra parte).

Dicen por España que en Nochevieja hay que vestir algo rojo para tener suerte el siguiente año. Sé que se supone que lo que tienes que vestir son bragas rojas, pero decidí ponerme otra roja, aún mejor, la Roja de España! Así que cené con la tan preciada camiseta (¡que seguimos siendo campeones de Europa!). Y por supuesto, después de la cena, no podían faltar, como cada nochevieja (y algún día que no es nochevieja pero se hace por rutina ya…), las uvas!! Dice el refrán que una imagen vale más que mil palabras. Y en este caso, un vídeo lo resume todo…



Vale, Guille hace mucho mejor de Ramón García que yo, Sandra es más la rubia tetona de todos los años que yo, el ritmo de la uvas es más el que yo tengo para comérmelas, pero algo es algo…(y si alguien tiene alguna duda tras el vídeo, no, no estaba borracha)

Tras las suculentas uvas (o no tan suculentas la verdad), a eso de las 11 de la noche, nos dirigimos al pub que decían que era El pub para nochevieja. Y en efecto lo era, tanto que había una cola enorme para entrar. Como no queríamos pasar las 12 haciendo cola, decidimos comprar una botella de “champagne” e irnos a un lugar apartado de la playa, fuera del alcance de la vista de cualquier poli que persiguiera a los que osarán incumplir la dry zone area, y ahí pasamos las 12…

Después de ello, conseguimos entrar en el bar, y para mí poca cosa más porque tenía un dolor de tripa tan grande que tuve que volverme a casa…