martes, 3 de febrero de 2009

Meeting tasmanian devils… and angels


Km done: 1.400
Nº of days: 7

Es muy extraño cuando sabes que estás viajando, pero tienes de repente la sensación que te vas de vacaciones porque vas a coger el avión para irte una semana a Tasmania. Así que decidimos llamarlo “holidays in holidays”.

Desde muy pequeña, quería venir a Tasmania. No porque estuviera en Australia, porque de esto me enteré mucho más tarde, sino porque mi dibujo de Looney Tunes preferido era el Diablo de Tasmania. Yo creía que esta isla era sobre todo conocida gracias a él, pero resulta que por ejemplo Simone no lo conocía…

En fin, aquí llega la parte en la que tengo que comentar a mis queridas grullas y anexiones, que Maldi ha estado con nosotras una semanita por aquí. Yo creo que ha sido por lo de “holidays in holidays”. Pero el caso es que Simone ya lo/la conoce y hemos tenido un cúmulo de desgracias. Primero, se suponía que íbamos a dormir en casa de unos suizos con los que Simone, aunque no los conocía personalmente, había hablado. Estos suizos debían recogernos en el aeropuerto y alojarnos unos días. Su intención fue muy buena, lo que pasa que llegamos a Hobart y ellos vivían en Launceston, ¡en la otra punta de la isla! Así que a buscar backpacker y el que encontramos con una cama horrible… Pero peor fue dormir dos noches seguidas en un camping. Alquilamos un coche ahí y nos habíamos llevado la tienda y los sacos, ¡pero no las esterillas! Por lo que el suelo estaba durísimo y además un frío y un viento horrible…

Luego pasaron pequeñas desgracias como que se me hinchó un ojo por dormir en una mala postura, nos robaron los zumos del desayuno, tuvimos que comer una especie de pasta horrible de estas de cocina rápida y asquerosa, compré un tarjeta para llamar que no funcionaba… pero lo mejor, sin lugar a dudas, es con el coche. Resulta que un día aparcamos el coche y al volver a él no arranca. Probamos de todo e imposible. Viene un mecánico de la zona, que tendríais que haber visto las pintas, y dice que el coche tiene algo roto en relación con la gasolina y llama al car rental. Vienen nuevos mecánicos y en menos de 5 minutos el coche arranca. Resulta que el coche, modelo antiguo que se llama Applause por cierto, estaba aparcado lateralmente y la gasolina, que estaba en ¼ de depósito no llegaba a la correa o como se llame eso… la gracia nos costó $100, ¡pero lo que pudimos reírnos!

Bueno, como os podéis imaginar, no todo fueron desgracias. También tuvimos nuestras fortunas como el día que no tuvimos que pagar por el camping, o el día que nos metieron en una habitación doble en vez de múltiple con baño para nosotras solas por el mismo precio que la otra, que tuvimos 4-5 días realmente de muy buen tiempo (algo muy extraño en Tasmania). Y si Tasmania es conocido por sus diablos, también lo es por sus paisajes y puedo confirmar que los lugares encontrados son una maravilla única en Australia y overseas. Selvas que parecen junglas, cascadas en las que metes las zapatillas porque resbalas, seafood que estarías todo el día comiendo, animales muy extraños que no existen en ninguna otra parte del mundo (ornitorrincos y equidnas). Vamos, ¡mil maravillas de las que el Diablo de Tasmania debe sentirse muy orgulloso!

Os dejo de paso otro pequeño vídeo de producción casera…

The day when I lost all concessions

Es duro cumplir 26 años y pensar que ya están más cerca los 30 que los 20. También es duro saber que la sociedad ha decidido que ya no eres joven con esa edad (y más cuando te enteras que Caja Madrid te ha mandado un carta para recordarte que ya no tienes carnet joven). Te planteas como has llegado al punto de tener que escoger la casilla 26-35 en franjas de edades…

Pero despertarte una mañana en Melbourne; volver de la ducha y ver que tienes en tu cama un montón de Lindt de esos de bolas que tanto te gustan y tanto has babeado por ellos durante unos meses por sorpresa de Simone; desayunar con tus compañeros de viaje unas maravillosos donuts Krispy Kreme porque a ti te ha dado la gana; disfrutar del día de verano paseando por la ciudad en camiseta y pantalón corto por primera vez en tu vida; tener una excelente cena; saborear una lemon tart, tu tarta preferida; recibir de regalo un CD con todos los éxitos en Australia… Todo esto y mucho más, no tiene precio…

El precio lo hubiese puesto por pasar el día con todos vosotros. Pero lo pusieron otros y resulta que 1.600€ y 48 horas de ida y vuelta eran demasiado. Al menos pude disfrutar de vuestras llamadas, de vuestros mensajes, de vuestros emails, de vuestros mensajes en Facebook. Thanks por hacerme sentir un poco más cerca en esos momentos y por acordaros!

Al menos, lo celebré con mi familia de aquí, y de paso, despedimos también el que fue el último día de viaje de Guido con nosotras. Así que ahora, cual Thelma y Louise, somos dos aventureras recorriendo el país, aunque hayamos cambiado el descapotable por Little Ripper y que espero que el final sea algo menos dramático…

Chill On – Ice Lounge

Había leído tiempo atrás algún reportaje acerca de bares de hielo y la idea parecía muy original. Así que cuando llegamos a Melbourne y vimos que había un ice-bar, no dudamos de donde pasaríamos una noche… además, echábamos de menos tener que ponernos un abrigo este “invierno/verano”…


Al final no fue exactamente una noche sino media hora lo que pasamos ahí, pero fue el tiempo suficiente, y permitido, para disfrutar de lo genial que es estar en un sitio donde todo todo todo y de hielo: ¡mobiliario, decoración, barra etc! Con la entrada, y gracias a una oferta especial de Hello Melbourne! Tuvimos derecho a un chupito tomado de forma tan original como podéis ver en la foto, y un cóctel ¡en un vaso de hielo!

Para no quedarnos congelados, decidimos que la mejor manera era moverse, y así fue…



El bar es realmente original y disfrutamos mucho de esa media hora de invierno que tuvimos. Pero tras todo ello, salimos para seguir en el verano, que siempre es mejor…

Melbourne

Dicen de Melbourne que es la ciudad más multicultural de Australia. Y bueno, me quedan aún muchas por conocer, pero si que puede que lo sea. Hasta ahora, sin lugar a dudas, es la ciudad que más se parece a una ciudad, y aún así, su centro no es grande, se puede recorrer andando todas las principales atracciones y aquí, al menos, los que van en traje, lo llevan de arriba abajo, no a medias.

Teníamos muchas ganas de llegar a Melbourne. No sé si por la ciudad o porque sabíamos desde Perth que aquí, ¡podíamos encontrar un Krispy Kreme! Cualquiera del Liceo, (¡y especialmente Antonio!), conoce de sobra el delicioso sabor del “original glazed”. Para el resto que no sabe de que estoy hablando, de verdad que no sabéis lo que os perdéis sin haber probado los mejores donuts que podéis probar en vuestra vida. Así que por supuesto, por ahí que pasamos. Y además, Krispy Kreme tiene la amabilidad de ofrecer wireless gratuito…

El Eureka Skydesk es el mirador panorámico más alto del hemisferio sur, con una altura de 300m. También lo venden con “The Edge”, que es único. Y tan único que cuesta un riñón y pasamos de él… The Edge tiene, a 300m de altura, el suelo de cristal, por lo que puedes ver que hay debajo de tus pies (mi peor pesadilla vamos). Pero ni puedes hacer lo que quieras, ni puedes hacer tus propias fotos, y para colmo, ¡tienes que llevar bolsas de plástico en los zapatos! Por suerte, el resto del Eureka Skydesk es espectacular, tanto que a veces parece que estás viendo un dibujo…

Y bueno, sé que a mucho os costará creerlo, y para demostrarlo por suerte hay fotos. Tras 4 meses en Australia, I was in a Museum! Para más detalles, en el Melbourne Museum. Tampoco voy a explanarme aquí, tan sólo deciros que era un museo, por supuesto no de cuadros a ver si me iba a volver a entrar la alergia ;-) , con partes de historia aborigen, historia de Melbourne, y algo de ciencia…

Y bueno, tras tanta cultura, teníamos que volver a reencontrarnos. Así que para ello, que mejor que visitar la Brewhouse Brewery: la fábrica de cerveza de la Carlton, Melbourne Draught y la internacionalmente conocida (pero no bebida en Australia) Foster’s! Y menuda fábrica, donde pueden producir y embotellar en 5 minutos más cerveza que podré beber en toda mi vida! La visita resultó muy interesante y sobre todo la cata final ;-)

Pasaron muchas más cosas en Melbourne, pero quizá de lo mejor fue tener el honor y el placer de estar en esta ciudad durante dos eventos tan importantes como el Australian Open y el Australia Day, pero eso ya es otra historia…

From Larry to Judas


Km done: 1.535
N of days: 5

Dejamos atrás Adelaide tras la “operación” a la que se sometió Simone al tener que quitarse el piercing que tenía porque su cuerpo lo rechazaba (si es que a veces el cuerpo es más listo que la mente…)

Nuestra siguiente ciudad era Melbourne, pero antes por suerte, para amenizar los kilómetros, hay unas cuantas paradas obligadas.

La primera de ellas, y a pesar que Simone no quería, era parar para conocer a Larry, the Big Lobster. Desde que estuve en AQWA (cf. capítulo) y vi una langosta enorme, tengo un antojo horrible de comerme una (y lo sigo teniendo por ahora…). Siempre acabo recordando a Tenazillas, la langota de Homer… Vale, como podéis apreciar en la foto, la atracción turística es lamentable, pero por algo es, según mi biblia Lonely Planet, la atracción de peor gusto de South Australia.

Tras Larry y la muy bonita Mount Gambier, SA también pasó a la historia tal y como semanas antes lo había hecho WA, y nos adentramos en Victoria, con The Grampians como primer destino. Se trata de unas montañas, en la que la ciudad principal es la acogedora y preciosa Halls Gap. Tras dejar bien claro en la tourist office que habíamos viendo aquí por las vistas no por el bushwalking, descubrimos porque es tan famoso y visitado este lugar. Y es que lookouts como The Balconies o cataratas como McKenzie no se ven todos los días…

Si en Esperance, la carretera que recorrimos la llaman la Great Ocean Drive (que lo era), en Victoria, la suya deberían llamarla la Wonderful Ocean Road. Sin embargo, el nombre es el mismo. Se trata de una carretera (de ahí el nombre de “road”) que va de Warrnamboll hasta Torquay (ciudad del surf que merecerá un post especial) y por el camino pasas por la Shipwreck Coast (costa de los naufragios) con espectaculares lookout como Loch Ard Cliff or London Cliff. Pero, sin lugar a dudas, el punto más espectacular es Twelve Apostles, que son formaciones erosionadas por el océano y el viento a lo largo de los años (¿se nota que son mis propias palabras eh?). Aunque hoy en día, tan sólo quedan 6… Y por supuesto, Simone y yo hemos apostado sobre cual será la siguiente en caer… y cuando eso ocurra, tendremos que volver para comprobarlo in situ…